La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por disminución de la resistencia de los huesos lo que los debilita posibilitando que se fracturen fácilmente con traumatismos menores. La resistencia ósea depende: (a) entre un 60% a 80% de la densidad mineral ósea (DMO) y (b) entre un 20% a 40% de factores no relacionados con la DMO y que constituyen la llamada calidad ósea. La DMO es el resultado de la masa ósea máxima que se obtiene durante la tercera década de la vida menos la magnitud de las pérdidas óseas posteriores. Por su parte, la calidad ósea está determinada por los siguientes factores: micro arquitectura tisular, tasa de recambio óseo, tamaño de los cristales de hidroxiapatita, cantidad y tipo de colágeno, mineralización, tamaño y volumen óseo y acumulación de micro lesiones. La hidroxiapatita es un cristal de fosfato cálcico que le da dureza y fortaleza a los huesos y el colágeno, a su vez, les confiere elasticidad y flexibilidad.
Hasta fines de los años 80 se pensaba que la osteoporosis era la expresión del envejecimiento óseo de mujeres y no fue definida como enfermedad sino hasta comienzos de los años 90. Desde 1994 la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene identificada a la osteoporosis como prioridad junto a otras importantes enfermedades no transmisibles: compromete a hombres y mujeres de todas las edades, siendo más frecuente en mujeres mayores de 50 años que han dejado de producir estrógenos y también en adultos mayores. La IOF (International Osteoporosis Foundation) ha estimado que la osteoporosis está presente en un tercio de las mujeres mayores de 50 años y en un quinto de los hombres mayores de 50 años. Según esta estimación y de acuerdo con la proyección de población chilena para 2024 realizada por el INE (Instituto Nacional de Estadísticas), en nuestro país existirían aproximadamente 1.113.728 mujeres y 585.220 hombres con osteoporosis.
La osteoporosis y las fracturas asociadas constituyen un importante problema para la salud pública por su morbilidad y mortalidad. Los costos debido a hospitalizaciones relacionadas con esta enfermedad son impactantes. Por ejemplo, en varios países europeos, la osteoporosis es responsable de más días de hospitalización que cualquiera otra enfermedad para las mujeres sobre los 45 años de edad.
En mucha gente la pérdida de hueso es gradual y sin síntomas o señales de peligro hasta que la enfermedad está avanzada. La osteoporosis es un problema global que está aumentando significativamente a medida que la población del mundo crece y envejece. Por estas razones se la denomina la “epidemia silenciosa” de nuestra época. En todo el mundo el riesgo de que una mujer tenga una fractura osteoporótica en el curso de su vida es 30 a 40%. En hombres el riesgo es aproximadamente 13%.
Las fracturas osteoporóticas más frecuentes son: (a) de radio distal (muñeca), ocurren de preferencia entre los 50 y 60 años de edad y la mayoría se trata en forma ambulatoria; (b) de cuerpos vertebrales, son las fracturas más frecuentes y ocurren corrientemente entre los 60 y 70 años de edad; alrededor de un tercio de las personas con estas fracturas no presentan síntomas y habitualmente no son diagnosticadas; cuando una mujer sufre una fractura vertebral, el riesgo de presentar una nueva fractura vertebral en el año siguiente, aumenta 5 veces; (c) de fémur proximal (cadera), se producen generalmente en mayores de 70 años de edad, requieren hospitalización y tratamiento quirúrgico. También los pacientes con osteoporosis pueden fracturarse costillas, pelvis, húmero proximal (hombro) y otros huesos.
No obstante los adelantos técnicos en materia de tratamientos ortopédicos y quirúrgicos, muchas personas que han sufrido fracturas osteoporoticas quedan con diversos grados de incapacidad. Las secuelas de las fracturas de radio distal son rigidez y deformación de la muñeca. Las consecuencias de las fracturas vertebrales incluyen dolor, pérdida de estatura, deformación por cifosis dorsal, disminución de la calidad de vida y de la autoestima y además, aumento de la mortalidad. Con respecto a las fracturas de cadera, sus principales complicaciones son una tasa de exceso de mortalidad del 14% dentro del primer año de producidas y una incapacidad permanente que compromete al 50% de los sobrevivientes.
Dr. Renato Orellana Chamudis.