Músculo 10: Reflejos miotáticos.

Otros Artículos

Para lograr un buen entrenamiento de la flexibilidad, debe comprenderse cómo funcionan tanto el reflejo miotático como el reflejo miotático inverso, ya que ellos cumplen una labor decisiva en el desarrollo de esta cualidad física.

El reflejo miotático se genera por el estiramiento de un músculo esquelético y la respuesta instantánea es su contracción. Es mono sináptico porque solamente intervienen dos neuronas, una sensitiva y otra motora, a nivel de la médula espinal. Esta contracción a modo de respuesta se produce para evitar que el músculo se alargue excesivamente y esto genere daños estructurales. Los músculos sinergistas también detectan el estiramiento y se contraen durante el reflejo miotático ligeramente para ayudar a prevenir los posibles daños, mientras que en los músculos antagonistas se produce una acción inhibitoria. El reflejo miotático inverso se produce cuando la contracción muscular alcanza un umbral crítico, que puede poner en peligro el músculo, y la respuesta que provoca es la relajación muscular.

La finalidad del reflejo miotático es proteger al músculo de una extensión excesiva; representa un mecanismo de defensa, para evitar una lesión muscular provocada por dicha extensión brusca y excesiva. En cambio el propósito del reflejo miotático inverso es proteger al músculo, sus inserciones y tendones de una posible lesión (distensión, desgarro, o roturas fibrilares) provocados por la sobrecarga de una tensión muscular demasiado grande.

Ahora, veamos con más detalle cómo funcionan estos dos reflejos. Los músculos esqueléticos contienen dos tipos de receptores sensoriales propioceptivos: el huso muscular y el órgano tendinoso de Golgi. Mientras el huso detecta la longitud relativa del músculo, el órgano tendinoso detecta la tensión muscular. Recordemos que la propiocepción es la propiedad sensorial del cerebro mediante la cual éste recibe información inmediata y en todo momento, sobre el movimiento y las posiciones relativas de los diferentes segmentos corporales entre sí y también, en relación a su base de soporte.

Los husos musculares se encuentran ubicados en el vientre o porción más gruesa del músculo esquelético de manera paralela con respecto a sus fibras. Están formados por una cápsula fusiforme de tejido conjuntivo fibroso, que miden entre 5 y 10 mm y que rodea a un grupo de 8 a 15 fibras musculares transformadas y especializadas que funcionan como mecano receptores de elongación. Estas fibras por encontrarse dentro del huso se llaman fibras intrafusales, para diferenciarlas del resto de las fibras musculares que son las extrafusales. Las fibras musculares intrafusales son más pequeña: alcanzan una longitud de 4 a 7 mm, a diferencia de la longitud de las fibras extrafusales que varía de milímetros a decímetros. Están inervadas por las moto neuronas gamma, mientras que las fibras musculares extrafusales lo están por las moto neuronas alfa. Ambas moto neuronas en encuentran en el asta anterior de la médula espinal.

De acuerdo con la disposición de sus núcleos se distinguen dos tipos de fibras intrafusales: las con cadena de núcleos y las con saco nuclear, según presenten sus núcleos ordenados en una hilera a lo largo de la fibra o dispuestos en un ensanchamiento que está presente en su parte central o ecuatorial de la fibra. Tanto las fibras en cadena nuclear como en saco nuclear son fibras musculares modificadas capaces de contraerse sólo en sus extremos. Como se mencionó, las fibras musculares intrafusales tienen inervación motora a través de los axones de las moto neuronas gamma y tienen también inervación sensitiva la cual se realiza a través de 2 tipos de fibras: (a) anulo espiral: son fibras mielinizadas, tipo Ia, ubicadas en la parte central de las fibras intrafusales, en forma de resorte, que transmiten los cambios breves y brusco en la longitud del huso y (b) en racimo de flores, son fibras nerviosas tipo II que transmiten los cambios de longitud estáticos prolongados del huso y  que se ubican alrededor de las fibras en columna nuclear, es decir, a lo largo de las fibras intrafusales

La principal función de los husos musculares es enviar señales al sistema nervioso central, mediante neuronas sensoriales, acerca de las variaciones en la longitud de los músculos que están estrechamente asociadas con los cambios en los ángulos de las articulaciones. De este modo participan en el control de la contracción muscular para regular el tono muscular y los movimientos en general. Son mecano receptores sensoriales propioceptivos y pueden ser excitados de dos maneras diferentes: por el estiramiento de todo el músculo y por la contracción de las porciones terminales de las fibras intrafusales.

Realizan un mecanismo de retroalimentación cuya función es mantener la longitud del músculo; si el músculo es estirado la descarga del huso aumenta y se produce un acortamiento reflejo. De manera opuesta, si el músculo es acortado, la descarga del huso disminuye y el músculo se relaja. Al producirse el estiramiento de las fibras intrafusales (por acción de las moto neuronas gamma, por gravedad o por golpe dirigido sobre el tendón, como en el examen clínico de reflejos), el receptor ánulo espiral del huso muscular envía información al sistema nervioso por medio de las fibras aferentes de los axones de las neuronas sensitivas, cuyos cuerpos celulares se ubican en los ganglios espinales, las cuales traspasan la información a las astas posteriores de la médula espinal, que en este caso es el centro integrador de reflejos. Desde las astas posteriores de la médula espinal se transmiten impulsos nerviosos: (a) directamente vía sinapsis a las moto neurona alfa y gamma, que se encuentran en las astas anteriores de la médula espinal, que responden enviando impulsos nerviosos que provocan la contracción de las fibras musculares extrafusales e intrafusales, respectivamente, y (b) indirectamente vía neuronas inhibitorias, a las moto neuronas de los músculos antagonistas para producir su relajación. Debe destacarse que los husos son más abundantes en músculos que controlan movimientos finos, como los músculos de la mano (lumbricales, interóseos, de la región tenar e hipotenar), los músculos extrínsecos del globo ocular, etc.

Por su parte, el órgano tendinoso de Golgi es el otro receptor sensorial propioceptivo del músculo esquelético. Consiste en una estructura especializada que se localiza en el punto de unión de los tendones y las fibras musculares extrafusales, por lo tanto tiene la función concreta de detectar cuando se produce una tensión excesiva en un músculo en particular. Está formado por terminales nerviosos libres y ramificados que están sumergidos en una red de tejido colágeno. Dichos terminales sensoriales pertenecen a axones aferentes de neuronas sensitivas que llevan información al sistema nervioso central.

Cuando la tensión sobrepasa los límites normales el aparato de Golgi es comprimido por la red de colágeno y envía señales hacia la médula espinal para que se produzca una respuesta por medio de interneuronas inhibitorias en las moto neuronas alfa que tienen a su cargo la contracción de las fibras musculares extrafusales, disminuyendo su actividad y provocando la relajación del músculo contraído. Este proceso se conoce como reflejo miotático inverso, ya que trabaja con funciones contrarias al reflejo miotático que realizan los husos neuromusculares.

Dr. Renato Orellana Chamudis.