Músculo esquelético 9: Tejido conjuntivo intra y extra muscular.

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El tejido conjuntivo intra y extra muscular desempeña funciones importantes para hacer posible el movimiento generado por la contracción del músculo estriado esquelético. Entre las funciones que cumple este tejido conjuntivo se describen: (a) dar soporte mecánico para los vasos sanguíneos y nervios, (b) facilitar la transmisión de fuerza desde la fibra muscular a las fibras adyacentes, al fascículo y a la unión músculo-tendón-hueso y (c) proveer respuesta elástica al músculo esquelético.

El tejido conjuntivo está constituido por células, sustancia fundamental y fibras. Las células estables son los fibroblastos y las células migratorias pueden ser, según la ocasión, macrófagos, células cebadas, linfocitos, células plasmáticas, granulocitos de la sangre, etc. La sustancia fundamental amorfa es un gel turgente amorfo y acuoso que es secretado por fibroblastos y macrófagos; se ubica entre las fibras y las células; está compuesta por tres tipos de macromoléculas: los proteoglicanos cuya estructura molecular es un eje central de proteínas al cual se unen lateralmente cadenas de polisacáridos; los glicosaminoglicanos (incluido el ácido hialurónico) y las glicoproteínas. También contiene proteasas, que destruyen la sustancia fundamental y permiten su renovación. Las funciones de la sustancia fundamental son: (a) el intercambio de nutrientes entre el plasma sanguíneo y las células; el papel nutritivo lo proporcionan el agua, las sales minerales y las proteínas que se encuentran en cantidades abundantes; (b) la circulación de sustancias de señalización celular (hormonas, neurotransmisores, citocinas y factores de crecimiento): (c) la circulación de las células inmunes; y (d) la protección contra impactos y compactaciones que los órganos podrían sufrir. Las fibras del tejido conjuntivo más abundantes y más importantes son las de colágeno, ellas son las responsables de transmitir la tensión; también se encuentran fibras elásticas, cuya proteína es la elastina, ellas forman mallas tridimensionales, especialmente en el tejido conjuntivo de estructuras que tienen mucha elasticidad; el tercer tipo de fibras son la reticulares que forman mallas tridimensionales, en el músculo se encuentran por encima del sarcolema de las fibras musculares.

En el músculo esquelético existen tres categorías de estructuras conectivas que contribuyen a su movimiento, éstas son: el tejido conectivo intramuscular, el tejido conectivo extra muscular (fascia) y los tendones.

Tejido conjuntivo intramuscular.

Es el que contiene a las fibras musculares, a los fascículos y a  todo el músculo, transmitiendo la fuerza desde las células musculares al músculo, y al tendón. Tiene tres capas principales: (1) el endomisio, que rodea cada fibra muscular; (2) el perimisio que rodea cada fascículo muscular y (3) el epimisio que rodea todo el músculo.

El endomisio es de tejido conectivo laxo con una red delgada y continua de fibras de colágeno que se distribuyen en todas las direcciones. Se relaciona estrechamente con el sarcolema y allí se localizan los capilares más pequeños y las ramificaciones neuronales finas, paralelos a la fibra muscular.

El perimisio consiste en fibras que siguen un patrón de ondulación uniforme y cuya organización le permite adaptaciones a los cambios de longitud de las fibras, así como resistencia dado por la proporción de colágeno tipo I que presenta. Los fascículos musculares que constituye se clasifican como primarios, si son pequeños, indivisibles y rodeados por tejido conectivo laxo también denominado perimisio primario; y, fascículos secundarios, al estar formados por dos o más fascículos primarios y organizados mediante tejido conectivo moderadamente denso o denso irregular, conocido como perimisio secundario.

El epimisio rodea el músculo estriado esquelético en su totalidad y permite el ingreso de las ramificaciones de los grandes vasos sanguíneos hacia las fibras musculares. Está constituido por una doble capa de fibras de colágeno dispuestas de manera entrecruzada, que continúa con la fascia muscular superficial y a nivel de la unión musculo-tendinosa con el paratendón y el epitendón. Esta disposición le provee estabilidad mecánica para la transmisión de las fuerzas que recibe del perimisio hacia el resto del músculo y los tendones. A su vez, al formar el límite con el músculo adyacente, el conectivo permite no sólo que los vasos sanguíneos y nervios transcurran en este espacio para ingresar a cada músculo, sino que les provee la capacidad de adaptarse y deformarse frente a los cambios que ocurren en los músculos durante el movimiento.

Tanto el endomisio como el perimisio juegan un papel importante en el desarrollo de masa muscular durante el crecimiento y en la estabilidad mecánica y química. El perimisio y el epimisio, en términos generales se conforman por tejido conectivo denso irregular. La sustancia intercelular, producida por los fibroblastos, además de mantener la estructura del músculo esquelético, permite la migración, proliferación y diferenciación de las células que soporta. Los tipos de colágeno que se han identificado en mayor concentración en el epimisio y el perimisio, son los tipo I y III o colágeno reticular y, colágeno tipo IV en la lámina basal

Tejido conjuntivo extramuscular.

Corresponde a la fascia muscular que es una parte importante de la fascia corporal, sistema de tejido conectivo fibroso que se extiende por todo el cuerpo como una red tridimensional.

La fascia corporal posee apariencia membranosa y conecta, rodea y penetra todas las estructuras corporales. Da soporte, forma y protección al organismo. Constituye el material de envoltorio y aislamiento de las estructuras profundas del cuerpo. Este sistema de fascias está caracterizado por una gran capacidad de deslizamiento y desplazamiento permitiendo que los músculos se muevan libremente junto a otras estructuras, reduciendo la fricción. Posibilita movimientos fisiológicos, como el latido del corazón y también movimientos más visibles como la expansión de los pulmones al respirar. Se distinguen cuatro tipos de fascia: (a) fascia subcutánea o hipodermis, se encuentra bajo la piel en su cara profunda y se encuentra tabicada conectando piel, tejido celular subcutáneo y músculo; los vasos sanguíneos, linfáticos y los nervios se ramifican en el espesor de esta fascia; (b) fascia visceral o vaina visceral, es la capa densa, adventicia de las superficies viscerales; (c) fascia vascular o vaina vascular, que envuelve los vasos sanguíneos. (d) fascia muscular, que envuelve los músculos estriados esqueléticos.

La fascia muscular se subdivide en fascia superficial, fascia profunda o aponeurosis de contención y fascia o aponeurosis de inserción. La fascia superficial es una membrana conjuntiva que envuelve el músculo aislándolo de los músculos vecinos y los separa en grupos funcionales evitando que se rocen, favoreciendo su movilidad. La fascia profunda envuelve a la vez todos los músculos de los distintos grupos musculares de segmentos constituyendo los diferentes compartimentos o septos en una extremidad. Las aponeurosis de inserción son verdaderamente tendones de inserción en músculos planos y anchos. Las principales funciones de la fascia muscular son: (1) sostener los músculos juntos y mantenerlos en el lugar correcto; (2) separar los músculos para que puedan trabajar de forma independiente el uno del otro; (3) proporcionar una superficie lubricada para que los músculos pueden moverse suavemente uno contra el otro; (4) determinar la forma muscular y (5) mantener la masa muscular en una posición funcional óptima. En algunas regiones corporales la fascia se engruesa y cumple funciones mecánicas para favorecer la dinámica muscular. Ejemplo, la fascia o aponeurosis palmar, la fascia plantar, la fascia lata en la cara externa de los muslos.

Tendones.

Los tendones son estructuras de tejido conjuntivo denso modelado, caracterizado por tener células y fibras conjuntivas ordenadas en haces paralelos y muy juntas a objeto de proporcionar la máxima resistencia. A pesar de tratarse de estructuras duras e inextensibles, son flexibles. Son cordones conjuntivos que unen el músculo al hueso. La relación entre ambos se establece en dos regiones especializadas: la unión miotendínea y la unión osteotendinosa o entesis, que concentran la mayoría de las lesiones deportivas. 

Las células del tendón, los tenocitos son fibroblastos especializados de morfología aplanada  por el hecho de encontrarse comprimidas entre las fibras de colágeno. La matriz extracelular contiene sustancia fundamental amorfa, constituida por agua, proteoglicanos y glicosaminoglicanos (ácido hialurónico), lo que favorece el deslizamiento de los haces de colágeno. Los elementos fibrilares son 98% fibras de colágeno tipo I que se disponen longitudinalmente ya que su orientación se corresponde con la dirección de tracción, y 2% fibras elásticas, ricas en elastina que aportan elasticidad.

Los fascículos de fibras de colágeno se encuentran  envueltos por el endotendón y los fascículos a su vez están envueltos por el epitendón, que se continúa directamente con el epimisio. El espacio entre estas dos capas posee un fluido rico en mucopolisacáridos, que previenen la fricción, lubrifican y protegen al tendón. En sitios determinados en los que los tendones sufren roce contra el hueso u otras superficies, éstos se encuentran envueltos por vainas sinoviales. Se trata de un revestimiento consistente en una cubierta de dos capas: una externa de tejido conectivo que se une a las estructuras adyacentes y otra interna íntimamente unida al tendón; se establece así un espacio ocupado por un líquido similar al líquido sinovial que se encarga de lubricar el movimiento del tendón dentro de la vaina. La cubierta celular de revestimiento interno de las vainas es similar a la de la membrana sinovial articular, por lo que la vaina tendinosa también se le denomina vaina sinovial. Los otros tendones están rodeados directamente por el paratendón que una capa fina de tejido conjuntivo.

La vascularización de los tendones es escasa debido a que la baja densidad celular no requiere altos requerimientos de oxígeno y nutrientes. Esto ocasiona que tras un traumatismo los tendones cicatricen con gran lentitud. Los pequeños vasos y nervios del tendón se encuentran contenidos en el endotendón. Su inervación está dada por pequeños fascículos nerviosos provenientes de nervios cutáneos y de músculos adyacentes; es sensitiva y abundante; cumple una función indispensable en la regulación de la contracción muscular, en especial gracias a los órganos tendinosos de Golgi.

Dr. Renato Orellana Chamudis.