Músculo esquelético 3: Tipos de fibras musculares

Según sus características estructurales, funcionales y metabólicas, las fibras musculares se clasifican en:

1. Fibras de contracción lenta, ST (del inglés “slow twich”), Tipo I
2. Fibras de contracción rápida, FT (del inglés “fast twich”), Tipo IIA y Tipo IIB

Las fibras musculares lentas son solamente las de Tipo I. Se les conoce como fibras lentas oxidativas. Su color es rojo porque tienen una gran cantidad de mioglobina, vasos sanguíneos y mitocondrias. Son de diámetro pequeño, sus contracciones son de larga duración, su fuerza máxima es de poca amplitud y tienen gran resistencia a la fatiga. Poseen un gran contenido de enzimas oxidativas que generan una enorme cantidad de ATP a través del sistema energético aeróbico. La gran cantidad de mioglobina ayuda a asegurar niveles de oxígeno durante los períodos de ejercicios extremos y su pequeño diámetro les permite una difusión rápida del oxígeno y del bióxido de carbono. Predominan en maratonistas.

Las fibras musculares rápidas son las Tipo II. Se subdividen en Tipo IIA y Tipo IIB. Las fibras Tipo IIA se conocen como fibras rápidas oxidativas glicolíticas o como fibras rápidas resistentes. Tienen contracciones rápidas de corta duración, son relativamente resistentes a la fatiga y tienden a tener altas concentraciones de enzimas oxidativas y glicolíticas. Su color también es rojo porque poseen una gran cantidad de mioglobina, vasos sanguíneos y mitocondrias. Sintetizan ATP a un ritmo acelerado utilizando tanto el sistema energético aeróbico como el anaeróbico, por lo que producen contracciones musculares rápidas y fuertes. Las fibras Tipo IIB se denominan fibras rápidas glicolíticas o rápidas fatigables. Tienen contracciones muy rápidas de corta duración, que en comparación con las fibras de tipo I generan una gran fuerza, aunque no pueden mantenerla durante más allá de unas pocas contracciones. Son de color blanco por la existencia de gran cantidad de glicógeno y tienen menor cantidad de mioglobina, vasos sanguíneos y mitocondrias. Producen ATP por metabolismo anaeróbico y lo descomponen muy rápido lo que origina contracciones rápidas, cortas y potentes, pero con aparición precoz de sensación de fatiga por la acumulación de ácido láctico. Su capacidad oxidativa es baja. Predominan en velocistas.

¿Qué tipos de fibras musculares predominan en una persona? La mayoría de los músculos esqueléticos se componen de una mezcla de los tres tipos de fibras, de las cuales casi la mitad son de Tipo I, rojas u lentas oxidativas. La proporción de un tipo u otro varía en función de: (a) Factores genéticos: se cree que el porcentaje de fibras musculares rápidas o lentas ya viene predeterminado genéticamente; se ha demostrado en atletas olímpicos que existe correlación entre su rendimiento deportivo y la composición genética de su musculatura: quienes destacan como velocistas tienen en sus músculos alrededor del 80% de fibras de contracción rápida, mientras que los que se destacan en maratones tienden a tener un 80% de fibras de contracción lenta. (b) Acción preponderante de cada músculo: los músculos posturales del cuello y la espalda, con actividad continua, tienen predominancia de fibras Tipo I. Por otro lado, los músculos de las extremidades superiores, con actividad intermitente, presentan fibras Tipo IIB, por ello hipertrofian más fácilmente. Y las extremidades inferiores, que soportan el peso corporal, pero que también se utilizan para correr, muestran mayoría de fibras Tipo IIA. (c) Método de entrenamiento: aquellos deportistas de resistencia que quieran poseer un elevado porcentaje de fibras lentas deberán realizar entrenamientos de baja intensidad y larga duración. Al contrario, los deportistas que necesiten generar altos niveles de fuerza durante cortos periodos de tiempo, deben incluir ejercicios de alta intensidad y corta duración. En parte, cuando un esfuerzo requiere bajos niveles de fuerza solo se activan las unidades motoras (moto neurona + fibras musculares que inerva) de las fibras Tipo I, en esfuerzos mayores se suman las fibras Tipo IIA, y por último, en esfuerzos máximos, como deportes de velocidad (atletismo 100 metros planos) y deportes de potencia (levantamiento de pesas) se agregan las Tipo IIB. Por otra parte, el entrenamiento de resistencia puede convertir las fibras de tipo IIB en tipo IIA debido a un aumento en la capacidad de usar el ciclo oxidativo como sistema generador de energía.

El tipo de fibras musculares que forman una unidad motora (UM) siempre es homogéneo, es decir, las UM inervan exclusivamente fibras de tipo I (de sacudida lenta) o fibras de tipo II (de sacudida rápida). Sin embargo, como cada músculo tiene una combinación de unidades motoras lentas y rápidas, la composición del músculo completo es heterogénea. La UM de las fibras anaeróbicas es más potente que en las aeróbicas generando por lo tanto, más fuerza. También la moto neurona de la UM anaeróbica tiene un cuerpo celular más grande, más axones e inerva entre 300 y 800 fibras musculares. En las fibras aeróbicas, la UM inerva solamente entre 10 y 180 fibras. Cuando se requiere la contracción muscular para un ejercicio, no se activan todas las UM y la mayor parte de los movimientos utilizan solamente una fracción de la potencia total del músculo. El sistema nervioso motor controla y gradúa la intensidad de la contracción muscular, ‘reclutando’ un número variable de UM y es posible que incluso durante las contracciones que producen un acortamiento máximo del músculo, no se recluten todas las UM.

Dr. Renato Orellana Chamudis.